jueves, 9 de febrero de 2012

SPINETTA EN EL TEATRO DON BOSCO 6/8/2010

Por lo general, la zona norte del Gran Buenos Aires, es una parte olvidada por el circuito rockero. Muy tibiamente, luego de la tragedia de Cromagnon algunos teatros olvidados comenzaron a cuentagotas a recibir algún que otro recital. Pero ninguno de la talla de Luis Alberto Spinetta.

El Don Bosco es uno de esos típicos teatros barriales con butacas de madera, acomodadores vistiendo traje gris antiguo y un amplio pullman, ideal para sentarse y disfrutar de un buen show.

Cerca de las 22:45 se apagaron las luces, se abrió el telón y la banda salió a escena. Antes que nada, haciendo gala de su humildad, Spinetta presentó a todos los músicos y dio el puntapié inicial con “Viajes y epílogo”, hermoso tema final del disco Bajo Belgrano (1983) de Spinetta Jade. Como suele pasar, “El flaco” siempre elige priorizar a su trabajo más reciente. En este caso, Un Mañana (2008), fue el disco que más temas aportó al show. Sin embargo hubo espacio para canciones de antaño ya que por lo menos hubo uno de cada una de las bandas históricas que lideró Luis.

También hubo espacio para homenajear a tres grandes compañeros de ruta. Así fue como el público presente pudo disfrutar de “Las cosas tienen movimiento” de Fito Páez, “Filosofía barata y zapatos de goma” de Charly García y “Te para tres” de Gustavo Cerati. Es para remarcar que cuando se ejecutó este último tema, no hubo golpes bajos ni demagogia ya que no se mencionó la situación que está atravesando el ex líder de Soda Stereo, sino que sólo se habló a través de su música. También fue tocado un tema de otro prócer, en este caso de León Gieco, quien compuso “8 de octubre” dedicado a los chicos fallecidos en una tragedia automovilística en Santa Fe, causa en la que Spinetta se encuentra muy comprometido.

Promediando la mitad del recital, Baltasar Comotto, uno de los mejores guitarristas con los que cuenta la escena nacional actual, se hizo presente potenciando, aun más, a la banda. Como siempre demostró su enorme talento y sus grandes dotes guitarrísticas destacándose especialmente en “La herida de París”.

Sin dudas, uno de los puntos más altos del show fue cuando se hizo presente la magia de “Cementerio club”, sexto tema de la obra cumbre de Spinetta llamada Artaud (1973). También se destacó “Alma de diamante”, y el gran cierre con dos bises que fueron el broche de oro, “Durazno sangrando” de Invisble, con la presencia en los coros de su hija menor Vera y una versión rockera de “Rutas Argentinas”, el clásico de Almendra.

Punto final para las dos presentaciones de Luis Alberto Spinetta en el Teatro Don Bosco de San Isidro con lleno total y el comienzo de la espera para el próximo show en el que nos siga regalando su talento inigualable.

Gastón Wagmaister